La dependencia emocional puede parecerse a un tipo de codependencia si pasas por alto tus propias necesidades emocionales para priorizar las emociones de tu pareja.
Al contrario de lo que solemos pensar, no es sano emparejarse tratando de que el otro llene los vacíos y huecos de nuestra alma. Esa tarea corresponde únicamente a cada uno de nosotros.
Sufrimiento y miedo a perderle: tienes ansiedad, somatizas los problemas, tomas medicación para combatir la tristeza… la lista de motivos para romper la relación es larga, pero aun así, aguantas y alargas tu sufrimiento porque te aterra la concept de perder a tu pareja.
Como hablamos, el problema no son las emociones que sientes sino cómo las estás gestionando. Si validas tus miedos e inseguridades con tus comportamientos, los haces realidad y terminamos por sentir esas emociones cada vez con más frecuencia e intensidad.
Es decir, el dependiente debe realizar dos cambios internos importantes: uno es la relación que tiene consigo mismo, y el otro es el tipo de vínculos afectivos y de apego que desarrolla con los otros.
Los patrones de comportamiento de las personas que padecen dependencia emocional son muy amplios, pero se pueden resumir en los siguientes puntos:
siempre que el individuo pierde su capacidad para resolver sus problemas y tomar decisiones propias o aparecer de manera simultánea entre los diferentes ámbitos en los que se puede desarrollar una persona.
Es all-natural que haya alguna dependencia emocional en nuestras relaciones, pero cuando un individuo se encuentra controlado por la necesidad de necesitar al otro emocionalmente, estamos website ante un problema, y aquí surge el concepto de dependencia emocional.
El trastorno se gesta durante la infancia, y se desarrolla en niños que no han aprendido a ser autónomos e independientes, y que llegan a la edad adulta arrastrando una serie de carencias afectivas.
Sin embargo, debemos tenerlo claro, la pareja perfecta en realidad es aquella capaz de resolver los problemas a través del respeto, del compromiso y de la estabilidad. Es no coincidir en todo, pero disponer de unos mismos valores donde trabajar en conjunto, por un mismo proyecto aceptando las diferencias.
La dependencia emocional es una excesiva necesidad patológica de cariño, afecto y disponibilidad constante que sienten algunas personas con respecto a alguien con quien han establecido un vínculo afectivo, normalmente sus parejas sentimentales, llegando a dañar tanto su relación como su vida social y su propio bienestar a medio y largo plazo.
Este amor no es posesivo ni restrictivo; por el contrario, libera y amplía los horizontes de los individuos.
La dependencia emocional se manifiesta con una serie de comportamientos, emociones, pensamientos y motivaciones que se orientan a la búsqueda de proximidad con el otro, a fin de conseguir reconocimiento, seguridad y satisfacción provocando en la persona que la padece emociones y conductas disfuncionales con consecuencias emocionales negativas, ansiedad o depresión, pensamientos obsesivos, desequilibrio y abandono del resto de facetas importantes en su vida diaria.
La ACT puede ofrecerle recursos a la persona con dependencia emocional para aceptar y normal sus emociones, y para entender sus relaciones.
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